envenenando la herida,
pero el sendero es muy largo
y más estrecha es la vida.
Las hojas muertas te enseñan
lo que tienes por delante:
sólo queda la tristeza
tras el silencio arrogante.
No vuelvas sobre tus pasos
a cambiar lo que has perdido,
que la soberbia es de barro...
y se ha borrado el olvido.
Si te queda una esperanza,
no la entierres en tu pecho,
enroscada bajo el alma
y dormida entre tus sueños.
Arrójame tu mirada
y que el sol te dé consuelo:
vale más una mañana
que mil sentimientos muertos.
Y cuando estés en el centro
de tu soledad nocturna,
despojada de los besos,
del futuro y de la luna,
recuerda que el verso dice
lo que la prosa se calla,
porque el poeta es más libre
... y la verdad es amarga.
Caminas sobre el orgullo,
ResponderEliminarenvenenando la herida,
pero es muy larga la vida,
hay demasiado barullo,
y escasean los arrullos.
Mira siempre hacia adelante.
Desaloja al arrogante,
que todos tenemos dentro,
y observa el nítido centro,
que te ofrezco tan amante.
Con mucho cariño, Paco.