son los lagos cristalinos
por los que asoma tu alma.
Cuando en ellos amanece
se tiñe de cielo el alba
y la noche palidece
tras la luz de su mañana.
Y las estrellas, cautivas,
desvanecen con el día,
apagada su belleza
por el color que refleja
el brillo que las envuelve.
Azules, grandes y en calma
son los lagos cristalinos
en los que nada mi alma.