Esa música que turba
con sus notas los sentidos,
el pincel que encuentra luces
entre la penumbra oscura,
una mano que del mármol
roba belleza dormida,
los versos que me alimentan
cuando se oculta la luna...
y hasta la prosa que brilla
tras una sencilla pluma,
son fulgor para la noche
y para el dolor, poesía.
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