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domingo, 21 de octubre de 2012

Granada

Granada duerme cautiva
de un sueño lejano y muerto,
que brota como una fuente
en la noche de un recuerdo
tan liviano como eterno.

Cristal que flota en el tiempo
y en sus murallas refleja
el resplandor, aún candente,
de una luna que se aleja
entre sollozos y quejas.

Yo ese sueño lo he soñado
en una tarde robada
a los jardines del miedo,
mientras mis ojos hablaban
y su corazón callaba...

Luego el dolor se hizo viento
y siete estrellas cantaban
acariciando promesas
que el cielo me regalaba
y la mañana borraba.

Sueña Granada que duerme,
desbordada de belleza...
y se olvida que en sus sueños
las esperanzas son penas
y el Darro ya no la besa.

lunes, 15 de octubre de 2012

Tres mentiras

Una lágrima callada
en el hielo ha florecido,
escapando del desprecio
de un amor desfallecido
que se murió en el silencio
y tres veces ha mentido.

La primera fue a la sombra
de unas alas que volaban
sobre tardes ya lejanas,
huyendo de su castigo
entre mimosas y alondras
que negaban su destino.

La segunda en un suspiro,
que me llegó de su pecho
tan triste como fingido...
y suave como ese beso
que se durmió entre amapolas,
despertando en el vacío.

La tercera, una mirada
de nieve, viento y rocío
que amaneció, sin saberlo,
entre el invierno y el frío...
Tres mentiras tatuadas
en la noche del olvido.

sábado, 6 de octubre de 2012

Octava irreal

Una octava real que languidece,
un vendaval feroz que ya no brama,
un beso amanecido que perece
y el orgullo marchito que te llama
son sueños de un pasado que merece,
apagando el rescoldo de aquel drama,
talar los tristes bosques del olvido
y recordar la luz de lo prohibido.

lunes, 1 de octubre de 2012

Desierto de silencio

A lo lejos,
desde el fondo del desierto del silencio,
amanece, entre tus breves colinas,
la memoria de una tarde prometida
que ilumina los latidos de tu pecho
y acaricia el dulce valle de Afrodita.

Si me acerco,
el sendero se retuerce entre los sueños
y se pierde en una aurora fugitiva
que renuncia a tu pasado y a la vida,
alejando de los ecos del recuerdo
lo que nunca fue verdad ni fue mentira.

Cuando llego,
solo quedan los rescoldos de aquel fuego
que encendieron, entre el polvo, las heridas
y hoy son sombras de ilusiones, ya perdidas,
en el aire transparente de ese cielo...
que protege nuestro amor a la deriva.