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jueves, 24 de diciembre de 2015

Sombras de Navidad















La Navidad brilla triste
bajo las luces y el cielo,
la esperanza es un recuerdo
en una sombra escondido,
y tus ojos un espejo
azul, lejano... tranquilo.

Tras la cerrada ventana
se escucha un coro de niños
en esta noche apagada
por la soledad y el frío...

Se está muriendo diciembre.

La vida duerme callada
y el corazón, más herido,
con su latido nos cuenta
que ya no quedan estrellas
entre tu pecho y el mío.

Mira la luna... ¡qué negra!
Y la soledad se alarga
por el valle de la niebla,
del amor... y del olvido.

lunes, 21 de diciembre de 2015

Labios congelados














De congelar sus sonrisas
y fingir dulzura y besos
hay labios que palidecen
y amores que vuelan lejos.
O se vuelven como el hielo:
resbaladizos, ausentes...
tan duros y silenciosos
que mueren en el destierro,
repudiados por el cielo.

Y los sueños se adormecen,
entre sombras, pena y miedo,
escondidos en la orilla
olvidada de un secreto,
azotados por la brisa
desolada del recuerdo.

Sus besos fueron de mármol,
su amor, de granizo y nieve...
pero ¡qué mármol tan blanco
y qué juventud tan breve!

jueves, 10 de diciembre de 2015

Solo es humo













Razón tiene quien afirma
que el amor es viento y fuego,
huracán, rayo, tormenta...
encendidos por las llamas
de un incendio que te arrastra
hasta el silencio que llega
cuando, apagada la hoguera,
tu corazón ya es ceniza
y, sobre sus ilusiones,
solo es humo lo que vuela.

viernes, 4 de diciembre de 2015

Menta y canela














Menta y canela,
noches sin madrugadas
tus besos eran...

Amor y luna,
tristeza en la mirada,
negra amargura...

Olvido y viento,
las nubes ya no cantan
sus sentimientos...

Y, como ausente,
cruel y engalanada,
pasó la muerte.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Cenizas


Flor de otoño que te apagas,
en la tristeza escondida
de aquella estepa marchita
por la que el amor no pasa.

En la piel de la esperanza
no cicatriza tu herida,
entre el barro, las mentiras
y las cenizas del alma.

Bajo el lodo del olvido
quedaron las ilusiones,
mientras vuelan las pavesas
sobre el páramo infinito,
y se pierden en la noche
sin consuelo ni respuesta.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Un tren que vuelve













Vuelve ese tren desbordado
de ilusiones y de lunas,
tan muertas como la vía
arrinconada y oscura,
que no esconde su tristeza
por el reflejo apagado
de aquel tiempo de promesas,
azucenas y sonrisas.

¿Recuerdas cuando partía,
cada nueva primavera,
con sus vagones pintados
de azul, esperanza y vida,
para perderse en los prados
cubiertos de luz y estrellas,
por los que nunca corría
el torrente de la duda?

Hoy, la sombra de la pena
en tu mirada germina
y, tras la niebla y el humo,
se confunde la belleza
con el dolor y las prisas
por volver a aquellos años
que, entre los sueños ocultos,
nos esperan todavía.

sábado, 24 de octubre de 2015

La terraza infinita

Una terraza infinita,
colgada del sol y el viento,
nos llama con su silencio
desnudo, bello y eterno,
al amparo de unas nubes
que acarician tu recuerdo.

Desde allí pudimos verlo:
las sirenas... los delfines
cruzaban un mar inmenso
para regresar al sueño
perdido tras un perfume
de ilusiones y jazmines.

Y en sus parques, junto al cielo,
todas las noches de mayo
brillan suspiros y besos,
que flotan en el espejo
de una mirada que, al alba,
escuchó el canto de Venus.


A Ravello.

jueves, 22 de octubre de 2015

Penumbra de seda













En la oscuridad del sueño
la noche no duerme, vela
para iluminar las sombras
con su penumbra de seda.

Allí despierta Morfeo
y devuelve a las estrellas
sus luces más seductoras,
luces tibias, silenciosas,
que se alimentan de penas.

De penas que son recuerdos
escondidos en promesas
antiguas, dulces, remotas...
apagadas en la niebla
por un suspiro sin dueño
que se pierde en la vereda
de la mentira y las rosas,
del dolor y la belleza.

En la oscuridad del sueño
la noche escribe poemas
que agonizan con la aurora.

martes, 20 de octubre de 2015

Leña vieja

Esa leña que fue bosque
mañana dará calor
a otro sueño, en otra noche...
Será ceniza entre brasas
y olvido tras unas llamas
que alimenten otro amor.

Madera vieja que cruje,
con su apagado lamento
en ese páramo muerto,
vencido por el dolor...
¡Cien años sin primavera,
perdidos en el recuerdo,
se consumen en la hoguera
de un invierno de rencor!

Y en el monte le preguntan
los robles al leñador
por qué no taló su tronco
y fue su libertador.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Estrellas sin cielo

Una diadema de estrellas fugaces
se oculta en la penumbra de tu cielo
bajo el brillo de esa luna sin velo,
destructora de engaños y disfraces.

Es inútil que beses y que abraces,
de nada sirve ya que alces el vuelo
fingiendo que no existe desconsuelo...
o que al recuerdo escondas y amordaces.

La noche es negra, y gélido es el llanto
en la memoria ardiente de tu pecho,
que niega la verdad y su quebranto.

Y los sueños que habitan en tu lecho
despiertan la acidez del desencanto
por tu infinito orgullo insatisfecho.

viernes, 9 de octubre de 2015

Soñar en abril

















Soñar en abril invita al silencio.

Volver a un octubre
sin sol, con recuerdos
cargados de otoño,
mentiras y versos.

Soñar en abril se vuelve silencio.

Nostalgia que cubre
las luces del tiempo...
fatiga en el rostro,
ceniza de invierno.

Soñar en abril agita el silencio.

Enciende el perfume
que duele en el pecho,
apaga los ojos
y agota el aliento.

Soñar en abril te entrega al silencio.

viernes, 2 de octubre de 2015

Ebria de luz















Ebria de luz me llamas.

Me buscas dormida, muerta...
enferma de noche y plata,
desterrada por tu pecho
fugitivo de esperanza.

Ebria de luz me llamas.

Pero la noche se acaba,
y ya está apagado el cielo
para que duerman las penas
entre la ausencia y el alba.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Y la luna se hizo roja













Y la luna se hizo roja
en el fuego de tu pecho.

No me mires con tus ojos
-le dijo la noche al viento-
ni escuches cómo las olas
desnudan a un mar celoso
de la galerna de besos
que rompen contra las rocas
en el eclipse del sueño.

El huracán se ha dormido,
los luceros son topacios
que vuelan sobre el reflejo
de un océano sin rosas,
atrapado en la penumbra
plateada del recuerdo...
Ya solo brilla el silencio.

Y la luna se hizo roja
en el cielo de tu pecho.

martes, 22 de septiembre de 2015

Callado, triste y oscuro



















Hay un espejo en el alma,
callado, triste y oscuro,
en el que solo amanece
cuando el alba del recuerdo
despunta, tras el olvido,
sobre el silencio y el frío.

Sobre un silencio que es miedo
a que el fulgor de aquel beso
se refleje en la penumbra
del azogue de tu pecho.

Las golondrinas no vuelan
y las mimosas han muerto...
pero, en las noches sin sueño,
la sombra que te acaricia
entre la luna y el cielo,
susurra que hay siete estrellas
encendidas por los celos...

martes, 15 de septiembre de 2015

Fue ayer














He soñado.
He soñado con el vuelo de unos labios,
con el vuelo de unos labios olvidados
que se pierden en el sueño más profundo,
en el sueño de los besos sin recuerdo...
en el sueño de la noche y el silencio.

He soñado con un cielo atormentado,
con un cielo atormentado por el miedo
que se rompe en el sueño de lo incierto,
en el sueño de la muerte y la distancia...
en el sueño de un amor sin madrugada.

He soñado.
He soñado que hoy fue ayer...
y que ayer hubo un mañana.

viernes, 28 de agosto de 2015

Tibia malicia (en la niebla)

Al frente, el silencio.
Detrás, la tormenta.

Tus ojos de niebla
iluminan prados
de tibia malicia,
desiertos de hielo
que cubren el alba
y ocultan los sueños
tras viejos azogues,
callados, perversos...
sin luz ni palabras.

La tibia malicia
se duerme en la niebla.
Y llora una alondra...
y espera la tierra.

Al frente, el silencio.
Detrás, la tormenta.


Fotografía: David Resnikoff.

martes, 4 de agosto de 2015

Amapola salvaje

Florecida en los trigales
una amapola salvaje,
solitaria, libre y roja,
me gusta más que las rosas
que se apagan cada tarde,
soberbias y vanidosas,
dormidas bajo los arces
en sus jardines feraces.

Arrogantes y banales,
esas flores orgullosas
olvidan que en los trigales
las amapolas fugaces
son heridas luminosas
que encienden por un instante,
con el color de la sangre,
los silencios y las sombras.

Esa amapola salvaje,
que vale lo que mil rosas,
se despierta con la aurora
cuando amanece en mi valle
y canta con las alondras
al amor con el que nace,
ofreciendo su corola
de libertad y coraje.

lunes, 27 de julio de 2015

Soneto a una estrella olvidada














Una estrella olvidada en el camino
ilumina, en las noches del verano,
el ímpetu de aquel rayo temprano
y despierta un delirio de platino.

Un dolor sosegado y mortecino
que fue brillante luz de un sol pagano,
adorado en un tiempo ya lejano,
se pierde en la memoria del destino...

¡Qué fiero fue el fulgor de su mirada!
¡Qué dulce era el sabor de la pereza!
¡Qué suave la esperanza abandonada!

Hoy reinan la amargura y la tristeza,
deshojando el recuerdo de la nada,
convertida en locura la belleza.


Fotografía: Rolf Maeder.

miércoles, 8 de julio de 2015

Cantó la cigarra














Reinaba el silencio.
Pero volvió julio, espeso y opaco,
con sus tardes muertas de sueños amargos,
con fuego en sus noches de oscuro delirio.

Llegó su palabra.
Orgullosa y triste, con voz de cigarra.
Invisible, débil... como un eco dulce
que tiembla en la espalda
y escribe en el aire sus frases cautivas,
sus luces esquivas que a Venus engañan.

El laurel altivo que crece en su pecho
destruyó la hiedra que trepó en el alma,
arañó el silencio y volvió al recuerdo
de un mundo cansado,
soberbio y estrecho...

Después, la mañana
encendió el olvido y, al brillar la calma,
se durmió el destino en brazos del alba.

jueves, 2 de julio de 2015

Lloran las espinas














Lloran, tristes, las espinas
porque el dolor se ha dormido.

Ya solo queda el silencio
de un recuerdo amortajado
entre la tarde y la herida
de aquellos labios vacíos
que encendieron nubes blancas
sobre una luna de mármol,
y dibujaron sonrisas
en el lienzo del olvido.

miércoles, 17 de junio de 2015

Antes fue la noche














Entre mentiras y penas,
fueron muchos los claveles
devueltos por la tristeza
bajo lágrimas de estrellas.

Viejos capotes que vuelan
con el recuerdo de un verso,
de una noche y una espera,
detrás del eco de un sueño
que trepa por la memoria
de quien, engañando al miedo,
grabó en su pecho un poema
para borrar de la historia
el fracaso de un te quiero.

Ruedan claveles malditos,
anaranjados y yertos,
por la leyenda de un tiempo
que despierta del olvido
en el que un beso sin dueño
quedó preso en los latidos
de aquel corazón pequeño,
triste, cansado... y herido.

jueves, 30 de abril de 2015

No puede ser primavera


No puede ser primavera
si las lilas ya se mueren
porque tus ojos no esperan
a que la tarde me entregue,
con sus azuladas penas,
lo que septiembre me debe.

No lo llames primavera.

Di que la lluvia no llega,
que el invierno se entretiene
entre sueños y quimeras,
que mayo ya no me quiere...
y que las lilas se quedan
dormidas en tus promesas.

viernes, 17 de abril de 2015

La tarde














La tarde ya se despoja
de sus recuerdos azules,
envueltos en sombras dulces,
ausentes y protectoras.

Hay un sueño que me nombra
con su reflejo de luces,
escondido entre unas nubes
oscuras y perezosas.

Son algodones y penas
que vuelan con alas tristes
bajo el miedo y las estrellas.

Son dos azucenas grises,
sin amor ni primavera...
buscando un cielo imposible.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Ojos guardados

Tengo dos ojos guardados
en el jardín de la espera
que no sufren cuando lloran
ni del silencio se quejan.

Saben bien que la distancia
es una noche serena
que se apaga con el alba
bajo caricias de seda.

Y si el orgullo les llama
se esconden entre sus penas
para no enseñar las luces
que su mirada refleja.

Pero el calor de la tarde
con su fuego les recuerda
que los párpados no cierran
las ilusiones que vuelan.


Fotografía: Luis Mariano González

miércoles, 11 de marzo de 2015

Hubo un tiempo

Hubo un tiempo en que la aurora
despuntaba cada tarde.

Era un tiempo dulce y blanco,
con aromas de canela.
Un tiempo en el que mis ojos
volaban sobre las dunas,
entre sueños y azucenas.

Recuerdo que aquellas dunas
reflejaban siete estrellas
y que, en sus valles de seda,
el espejo de la luna
deslizaba su mirada
por las dos suaves colinas,
bautizadas con la espuma
de una fuente, ya olvidada,
bajo un cielo azul y plata.

Pero los sueños se apagan
cuando las dudas invaden
los montes y las veredas,
aunque aquéllos sean de Venus
y los senderos acaben
escondidos en la hiedra
florecida tras las sombras
que acarician sus laderas.

Las tardes se hicieron noches,
mis ilusiones, arena...
y las estrellas, clavadas
en un desierto de cobre,
dormido y sin esperanza,
han convertido en condena
las soledades del alma.

jueves, 12 de febrero de 2015

La isla de fuego

Un delfín que ya no vuela
entre tus sueños y el cielo,
una ola que se pierde
en la playa del silencio,
dos ojos que se reflejan
sobre el espejo del tiempo
y un recuerdo amortajado
por la distancia y el miedo,
son en el mar de la noche
una estela de sirenas
que flotan en la tormenta
frente a una isla de fuego.

viernes, 6 de febrero de 2015

Sueños olvidados

Los sueños son esa brisa
que la juventud regala.
Son luciérnagas de seda,
entre dos aguas perdidas,
que vuelan de madrugada
y se despiertan sin prisa.

Madreselvas olvidadas
que florecen en la noche
y se apagan, ya marchitas,
en los balcones del alba.

¿Por qué se mueren los sueños
cuando las estrellas callan?
¿Por qué la prosa castiga
los versos que escribe el alma?

¿Por qué, del tiempo cautivos,
al despertar la mañana
se marchan, con el invierno,
esos luceros de plata
engarzados con zafiros
que se enredan al destino
y en la distancia me matan?

. . .

Hay quien dice que los sueños
son recuerdos con espinas
que se esconden en el pecho
y la soledad rescata.

jueves, 29 de enero de 2015

Treinta monedas

Te dieron treinta denarios
para sellar tu destino.
¡Poco dinero pagaron
por subir hasta el calvario!

En tu corazón clavadas
llevas espinas de plata
que hacen sangrar a los sueños
bordados sobre tu almohada.

Se rompió la luz del alma,
quebrada por mil suspiros.
Se quedó el cielo dormido
entre la seda y tu espalda.

Y cuando late en tu pecho,
detrás de una noche amarga,
el silencio del recuerdo...
maldices la madrugada.

miércoles, 14 de enero de 2015

La costa del olvido

No hay playa más desierta que tu ausencia
ni costa más remota que el olvido
atrapado por el miedo sumergido
en un sueño que eclipsa la inocencia.

En las noches sin luz y sin clemencia,
cuando escucho en el viento tu latido,
viene el silencio atroz y desmedido
a turbar con sus ecos mi existencia.

¿Por qué vuelan los besos y las olas,
y el recuerdo se enreda en esa nube
que crece con el tiempo y la locura?

Sí, las estrellas se apagaron solas,
el humo del incienso ya no sube...
y se vuelve infinita mi amargura.

viernes, 2 de enero de 2015

Jardines sin diosas

Jardines perdidos
en nubes de incienso
que vuelan al alba
detrás de una noche
perversa y callada...
detrás de aquel sueño
que ya nadie nombra.

Jardines lejanos,
colgados del tiempo,
sin diosas de mármol
cubiertas del lienzo
silencioso y lento
que oculta el pasado
bajo los recuerdos.

Jardines sin dueño,
atados al viento
con lazos de sombras,
que esconden secretos
terribles y extraños
de espejos cautivos
y abrazos amargos...

Hoy duermen cansados
debajo de un velo
de estrellas y engaños,
buscando suspiros,
miradas y manos
que fueron divinos...
y ya son humanos.