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jueves, 18 de febrero de 2016

Soneto de pálida luz




Busqué el amor y lo encontré escondido
en el seco dolor de la amargura,
sabiendo que palpita en la tortura
de un sueño que reposa en el olvido.

Busqué el amor y lo encontré perdido,
navegando en el mar de la locura,
frente a la costa violenta y oscura
del orgullo feroz y desmedido.

Un rayo se fugó de mi garganta
y fue pálida luz en la tormenta
del miedo, la tristeza y el quebranto.

Pero es densa la niebla, y no levanta
del valle de un amor que ya no alienta
y pregunta por qué te quise tanto.

miércoles, 17 de febrero de 2016

Un chopo en invierno



Desnudo, viejo y cansado,
permanece erguido el chopo en su destierro,
esperando entre la luz desvanecida
el regreso del recuerdo de un verano
desbordado de amapolas y de espigas.

–Hoy ya es nunca –canta el viento...
Y unas nubes de nostalgia adormecida
le acompañan, sin memoria, en su lamento,
derramando desde el cielo sus heridas
sobre el campo seco y rojo del invierno.



Fotografía: José Luis López Moral.

martes, 9 de febrero de 2016

De mármol

Reposaba en el silencio
de aquel jardín tan extraño,
entre el frío de un misterio
y la soledad del mármol.

Sobre la piedra sentada
miraba hacia su pasado.
La espalda, desnuda y blanca,
el orgullo, abandonado,
y los recuerdos, de plata,
dormidos en su regazo.

Los cipreses y la tierra
eran ya eterna morada
de siete estrellas de piedra,
por la soberbia labradas
en sueños de amor y guerra
de los que no despertaba...

Y allí espera, en el silencio,
bajo el manto del olvido,
erguida sobre el desprecio
y esclava de su destino.

lunes, 1 de febrero de 2016

Iguales



















Éramos iguales.
Como dos robles fuertes, erguidos,
a salvo del miedo y del olvido.
Éramos valientes, orgullosos,
eternos, invencibles, altivos...
libres de dolor, como inmortales
y soberbios dioses de un olimpo
atemporal, firme y luminoso.

¿Éramos iguales?
Del amor, ya en el páramo oscuro,
hoy juramos los dos al destino
que fue el otro quien se hizo distinto,
agotado el cariño profundo
por la niebla que oculta el paisaje
tras el viento fugaz de un suspiro
que ha cubierto de polvo el camino.

Éramos iguales.
Como dos robles fuertes, altivos...
Y aquí estamos: callados y heridos.


Fotografía: José Luis López Moral.