para un corazón cubierto
por la niebla de lo incierto
y la noche de la espera.
Lo que fue miel, es ya cera
en un panal, hoy desierto...
porque el dolor está muerto
y el olvido se acelera.
Pero abril no se conforma
y, rebelde, vuelve fuerte,
desbordado de amargura.
Y el recuerdo se deforma
para dibujar mi suerte
con destellos de locura.