despojado de riquezas,
con su sombra dibujada
sobre los parques umbríos
bajo nubes de tristeza.
Septiembre no tendrá olas,
ni volarán los delfines
entre corales y espuma.
Sus aguas serán cenizas
y sus playas sólo rocas.
Septiembre escribirá versos,
tenebrosos y perjuros,
en las paredes gastadas
y en los arroyos oscuros
que mueren secos y fríos.
Septiembre será una tumba
en la que el mármol oculte
veranos y primaveras,
perdidos en el silencio
y olvidados en la espera.
Septiembre estará escondido
detrás de una noche eterna,
disfrazada de mañana,
que borrará las promesas
y las cubrirá de hiedra.
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