Cuando duermen los jardines,
recién nacido el verano,
es porque junio ha olvidado
los sueños y los jazmines.
De aquellas alas gentiles
que volaban a mi lado,
llegan rumores lejanos,
leves, fugaces... sutiles.
Y de esas noches azules,
con el corazón abierto,
no quedan más que dos luces:
La que enciende tu recuerdo,
que es mejor que ya no alumbre...
¡y la que abrasa por dentro!
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