Una y mil veces recorrí el camino,
el triste camino gris de mi existencia,
intentando hallar en él alguna huella,
algún recuerdo que fuera una esperanza.
Mas nada hallé... si acaso,
apenas visibles por el polvo
y casi ocultas en un recodo del sendero,
las temblorosas huellas de unos pies descalzos
que en un lejano día de mi pasado
atravesaron vacilantes mi camino
para perderse en la noche del invierno.
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