Apenas se ven las flores
entre las ramas cansadas
del árbol de nuestros sueños.
Se esconde la primavera
en el lento movimiento
de unas lágrimas de plata,
desprendidas de la noche
cuando sentimos el roce
de suaves sombras calladas,
y devuelven al recuerdo
el brillo de aquella estrella,
oculta por el invierno.
Apenas se ven la flores,
delante de esos dos muros
de ladrillo, olvido y miedo...
tan altos como el orgullo,
y duros como el silencio.
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