No tiene fuerza el rayo que te aleja
para frenar el ímpetu del viento,
para frenar el ímpetu del viento,
ni sabe mi dolor volar al cielo
sin el brillo de plata de tu estrella.
Hoy el tiempo se apaga en la mirada
y el desierto es ceniza entre mis manos,
pero sigo creyendo que allá arriba
quedan noches, y tardes... y mañanas.
Ya no escucho cantar a las sirenas
y confundo el destino con las nubes,
esperando que el sueño de la muerte
te devuelva a mi lado en primavera.
A Mala Estrella (3/4/1948-25/4/2020)
A Mala Estrella (3/4/1948-25/4/2020)
Excelente y sentida elegía para despedir a un gran amigo.
ResponderEliminarNo es una despedida, María Luisa. Sigue aquí.
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