La sombra de aquellos trenes
que tantas tardes volaron
entre los sueños descalzos
de una quimera celeste,
se ha dormido entre mis brazos
y en el recuerdo se mece,
tras un susurro lejano.
Hay trenes que no dudaron
entre vías y claveles.
Hay miradas que olvidaron
paisajes y atardeceres.
Y también hay nubes negras
que lloran porque callaron
lo que pensaron mil veces.
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