como plumas de una alondra,
cuando nevaban estrellas
sobre la suave esperanza
que nos abrigaba el alma.
Hoy son los copos tan negros
que su color de azabache
entristece en la distancia
ese espejo silencioso,
cubierto por la nostalgia.
Hasta el hielo está de luto
en este invierno vacío.
Solo es verdad la mentira,
la nieve se funde en llanto...
y se congela la vida.
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