Abrazos extraños,
tan dulces, tan tristes...
resulta imposible
sentirlos lejanos.
El tiempo, cansado,
se olvida que fuiste
fulgor invisible...
delirio temprano.
Y allí, en el deseo,
te buscan sin prisa
la noche y el sueño.
Te llama el recuerdo,
perdido en la brisa...
dormido en tus besos.
Ilustración: Marcos Carrasco.
www.marcoscarrasco.com
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