Tengo dos ojos guardados
en el jardín de la espera
que no sufren cuando lloran
ni del silencio se quejan.
Saben bien que la distancia
es una noche serena
que se apaga con el alba
bajo caricias de seda.
Y si el orgullo les llama
se esconden entre sus penas
para no enseñar las luces
que su mirada refleja.
Pero el calor de la tarde
con su fuego les recuerda
que los párpados no cierran
las ilusiones que vuelan.
Fotografía: Luis Mariano González
Muy linda poesía,invita a la nostálgia y recuerdos...de alguien perdido...
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