Detrás, la tormenta.
Tus ojos de niebla
iluminan prados
de tibia malicia,
desiertos de hielo
que cubren el alba
y ocultan los sueños
tras viejos azogues,
callados, perversos...
sin luz ni palabras.
La tibia malicia
se duerme en la niebla.
Y llora una alondra...
y espera la tierra.
Al frente, el silencio.
Detrás, la tormenta.
Fotografía: David Resnikoff.
Precioso Paco. Felicidades.
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