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martes, 29 de enero de 2013

Triste como el viento

En las lomas del páramo afligido
llora dulces tristezas aquel viento,
renovando su llanto y su lamento
sobre la tierra del barbecho herido.

Tan profunda es la pena del olvido
que eterniza el dolor de mi tormento,
pues agota el latido de mi aliento
y reduce a susurros lo vivido.

En mis noches no cabe la memoria
ni el recuerdo que rompe la cordura,
convirtiendo en derrota la victoria.

Solo queda un invierno de amargura,
enterrado en cenizas de una gloria
que acarició el umbral de la locura.

miércoles, 9 de enero de 2013

La frágil tristeza

Una sonrisa que vuela
sobre la frágil tristeza
arroja sobre la noche
campanadas que se esconden
bajo esmeraldas y estrellas.

Pero el alma ya no espera
que calme con su belleza
ese miedo que conoce
ni la soledad que rompe
el sueño que nunca cesa.

Cantan corales y perlas
su dulzura de sirena...
y el eco siempre responde
que la memoria es de bronce
y la esperanza condena.

miércoles, 2 de enero de 2013

Galene

Galene se dejó caer sobre la arena.
El rumor de las olas se hacía insoportable para ella.

Era inútil, él también se había ido: huyó, remando con toda la fuerza de sus poderosos brazos de viejo marinero, mientras Galene intentaba gritar para decirle que no se fuera, que ella le quería, que daría cualquier cosa por viajar con él hasta el otro lado del océano, que cambiaría su alma por dejar aquella isla para siempre... pero no conseguía que saliera un solo grito de su garganta. Sin embargo, sus sollozos se convertían en un canto melodioso, armónico, de una belleza sublime...

Galene, la sirena, se volvió a quedar sola con sus lágrimas... y su destino.