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sábado, 30 de octubre de 2010

¿Tú sabes?













¿Tú sabes que el alma puede
querer
sin que el alma quiera,
tener
lo que ni se tiene
ni se espera
y llegar hasta donde, aunque se llegue,
jamás se llega?

viernes, 29 de octubre de 2010

Morir la vida

Desde que nacemos,
sin apenas darnos cuenta,
vamos muriendo.
Y al morir,
morimos poco.
Porque toda nuestra muerte
la hemos muerto,
día tras día,
a lo largo de la senda
de nuestra efímera vida.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Amanece la noche







Amanece la noche
en tus campos sin luna.
La tarde está herida
por esas cometas
que cruzan tu vida
sin rumbo y sin fecha...

Y la madrugada
no sabe que el alma
borró las fronteras,
apagó las luces
de aquellas mañanas
y escondió la llama
detrás de la hoguera.

martes, 26 de octubre de 2010

Isla

He vuelto a esa isla.
A esa isla azul que dicen que es blanca.
He vuelto a esa noche.
A esa noche triste que vive en el alma.

He visto el silencio,
el silencio oscuro de esa mar en calma.
He visto el reflejo,
el reflejo suave de esa luna extraña.

Lo he visto en la tierra,
en la tierra verde de las lomas pardas.
Lo he visto en el cielo,
en un cielo grande de nubes aladas.

Y en esas mañanas, calladas y largas,
un rumor lejano llegaba a la playa:
¿El rumor del viento en la madrugada...
o el de nuestro amor, que flota en la nada?

lunes, 25 de octubre de 2010

Sueña


¿No sabes qué decirme?
Pues no me digas nada:
Sueña.
Sueña con un vuelo de recuerdos,
con un vuelo de recuerdo infinitos
que se pierden en la espera más profunda,
en el sueño de los besos y del tiempo...
En el sueño de la tarde y el silencio.

Sueña con un cielo estremecido,
con un cielo estremecido en la mañana
que se rompe en el sueño de la vida,
en el sueño de la prisa y la distancia...
En el sueño del amor y la nostalgia.
¿No sabes qué decirme?
Pues no me digas nada:
Sueña.

domingo, 24 de octubre de 2010

Si me miras

Si me miras sale el sol.
El silencio se convierte en primavera
cuando cruzas la distancia de la espera,
descubriendo sentimientos y caminos.
Sentimientos que se esconden en la tierra
y caminos que se ocultan en el alma,
esperando que levantes la mirada
y les digas que la noche era muy negra,
que la aurora no llegaba...
y que quieres despertar la madrugada.

sábado, 23 de octubre de 2010

Sed


















He bebido en muchas fuentes
sin calmar nunca mi sed.

He bebido pensamientos,
agua de lluvia y de fe;
he bebido vanidades
y lágrimas de mujer;
he bebido mis recuerdos,
los fantasmas del ayer,
mi soledad y mis sueños,
mis esperanzas también.

Cuando ya no tuve nada,
me bebí mi propia sed...
He bebido en muchas fuentes
sin calmar nunca mi sed.

jueves, 21 de octubre de 2010

Voy a soñar



















Voy a soñar
que me pierdo en tus ojos,
que me duermo en el viento
que, volando en las olas,
te busco en mi cuerpo.

Voy a soñar
que te encuentro en mis manos,
que me baño en el tiempo
que, escondido en tu pecho,
te escucho en mi aliento.

Voy a soñar
que la noche se rompe,
que el volcán es de hielo
que, velando el silencio,
he dormido despierto.


Fotografía: Francesca Woodman

miércoles, 20 de octubre de 2010

Estrella de mar


Recuerdo la noche aquella,
recuerdo un sueño fugaz:
Tú buscabas una estrella,
yo no sabía esperar...
La noche se volvió eterna
y la estrella... cayó al mar.

lunes, 18 de octubre de 2010

Y era tarde























Has cerrado las ventanas y los sueños,
has cerrado los olvidos y las puertas,
has cerrado el alma... y era tarde,
era tarde porque el sol ya estaba dentro,
porque la fiebre y el viento
atraviesan el recuerdo
de tus noches, de tus manos... de tu cuerpo.

Has cerrado las ventanas y era tarde:
Ya la hiedra se ha enredado entre tu pelo,
ya las rosas son claveles en tu cuello
y en tu pecho está escrito con estrellas
que tu piel es más suave con mis besos,
que ya es tiempo
de volar... de volar sobre el silencio.

domingo, 17 de octubre de 2010

Despertar



















Sentirte respirar,
recorrer la interminable playa
de tus besos,
cubrir tu alma con la sombra de mi peso,
llenar tus sueños con la niebla de mi alma,
amanecer sobre el mar de tu piel en calma:
que no me falte tu despertar...
poder amar,
robar tus besos.

Eclipse















Mañana no tengas prisa.
Que el aire vuele despacio,
que el tiempo eclipse a la noche
y la noche eclipse al día.

Mañana la noche sabe
que la vida sólo vale
cuando nos duele sentirla.
Mañana... no tengas prisa.

Un mes y un día

Ha pasado un mes. Un mes y un día.
¡Qué poco tiempo! ¡Y cuánto!
Yo diría que un mes es una vida.
Una vida corta, pero eterna,
una vida que no empieza ni termina,
por más que escondas en tu alma
esa luz que la razón olvida.

Un mes desde que el amor
voló hasta el cielo,
con el azul del mar como testigo
de una tarde de sol, arena y fuego.
¡Sólo un mes!
Y ya hace más de tres semanas
que la sentencia ha sido ejecutada.

Una sentencia urgente y despiadada.
Ya era tarde.
Tu mano de verdugo principiante
no tembló, pero el amor volaba:
las nubes y las olas lo llevaban
a ese mundo lejano y silencioso
que confunde los siglos con los días.

Y allí está, allí espera
a que pase otro mes, otro año... y otro día.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Ven















Ven a ese mundo olvidado,
donde lo imposible es fácil,
donde se duerme el deseo
y hasta el sueño más soñado
nunca será recordado.

Sube hasta un cielo perdido,
donde el infinito es denso,
donde el amor es lejano
y hasta el beso más querido
es el que nunca has tenido.

Busca en mi alma el castigo,
donde se pierde la noche,
donde la niebla ilumina
y hasta el suspiro encendido
atropella tu destino.

Clara noche oscura

Dicen que la vida es luz
y día.
Y que la muerte es sombra,
noche oscura.

Y, sin embargo,
lo más claro
de ese día
es su noche,
su sombra oscura.

lunes, 11 de octubre de 2010

Esperaré















Esperaré.
Esperaré hasta que el mar y la luna
lleguen a cubrirte con su espuma,
a que vuelvas a soñar una mañana
que la noche es triste, y que en la bruma
hay una sombra oculta que te llama
y te envuelve con su voz dulce y oscura.

Esperaré a que el sol encienda el valle,
a que crezcan los volcanes de la tarde,
derritiendo el horizonte con su aliento.
A que sueñes otra vez, sin despertarte,
que has escrito en las nubes del recuerdo
lo que siempre me dices al mirarme.

Esperaré a que vueles hacia dentro,
a que vengas al encuentro
de tus ojos, de tu piel y de tus manos,
a que escuches a la hoguera de tu cuerpo
descargando la tormenta de tus besos
sobre el campo desierto del silencio.

domingo, 10 de octubre de 2010

El bosque de piedra


Era un bosque de piedra inanimada,
era un bosque de nubes y de estrellas,
de algarrobos, de piel y de cerezas.
Era el bosque de piedra de tu alma.

He buscado en la noche la mañana,
he buscado las olas en el viento,
caminando sin caminos y sin tiempo.
He buscado en el aire la esperanza.

He sentido el calor de la mirada
de tus ojos verdes y de almendras,
que me hablan de calma y de tormentas.
he sentido el amor sobre la nada.

Era un bosque de piedra inanimada,
era inútil correr entre los brezos
tras el faro peregrino de tus besos.
Era el bosque de piedra de tu alma.


Fotografía: Jesús Bravo.


Brisa


















Recuerdo aquella brisa.
Aquella brisa suave de manzanas,
que brotaba de tu cuello y de tus manos.
Yo volaba.
Volaba sobre un mar canela y avellana.
Y tu amor llegaba,
con furia y con urgencia,
desde el fondo de tu cuerpo
hasta mi alma.

Recuerdo aquella brisa.
Aquella brisa de almendros y de calma,
que brotaba de tu pecho y de tu espalda.
Yo soñaba.
Soñaba que cruzaba el horizonte.
Y tú me amabas,
sin prisa ni esperanza,
desde el fondo de mi sueño...
hasta mi alma.

Como el mar

Tu amor es como el mar,
inmenso, azul, blanco y eterno,
que bate con sus olas
las rocas de mis besos,
que llega hasta mi playa
con su rumor sereno,
que acaricia mi arena
con su espuma de veneno.

Tu amor es como el mar,
siempre azul, negro y profundo,
hoy huracán, mañana brisa,
que amanece en la aurora de mi mundo
y muere cada tarde,
cada noche, en un segundo.
Tu amor es como el mar,
inmenso, azul, negro... y profundo.

El sabor de la lluvia

El sabor de la lluvia de tus besos
era lento.
Inundaba las terrazas de mi alma
y borraba los caminos de aquel tiempo,
de aquel viento...

El sabor de la lluvia de tus besos
era lento.
Desbordaba las acequias de mi calma
y anegaba los senderos del recuerdo,
de aquel sueño...

El sabor de la lluvia de tus besos
era lento.
Y la noche no llegaba,
y los campos de la tarde eran pequeños,
¡tan pequeños...!

Mi camino


Una y mil veces recorrí el camino,
el triste camino gris de mi existencia,
intentando hallar en él alguna huella,
algún recuerdo que fuera una esperanza.

Mas nada hallé... si acaso,
apenas visibles por el polvo
y casi ocultas en un recodo del sendero,
las temblorosas huellas de unos pies descalzos
que en un lejano día de mi pasado
atravesaron vacilantes mi camino
para perderse en la noche del invierno.