Esperaré.
Esperaré hasta que el mar y la luna
lleguen a cubrirte con su espuma,
a que vuelvas a soñar una mañana
que la noche es triste, y que en la bruma
hay una sombra oculta que te llama
y te envuelve con su voz dulce y oscura.
Esperaré a que el sol encienda el valle,
a que crezcan los volcanes de la tarde,
derritiendo el horizonte con su aliento.
A que sueñes otra vez, sin despertarte,
que has escrito en las nubes del recuerdo
lo que siempre me dices al mirarme.
Esperaré a que vueles hacia dentro,
a que vengas al encuentro
de tus ojos, de tu piel y de tus manos,
a que escuches a la hoguera de tu cuerpo
descargando la tormenta de tus besos
sobre el campo desierto del silencio.